Volver a la normalidad llevará 4 meses. Preocupan multas de navieras y costos de fletes terrestres.
La carga represada en los terminales del puerto de Buenaventura empieza poco a poco a moverse, luego de 49 días de paro, que ya deja pérdidas para la economía colombiana superiores a los 11,9 billones de pesos. Un mayor flujo de la carga ha permitido que empresas que estaban paradas vuelvan a operar, al menos de manera parcial. No obstante, se calcula que se necesitarán por lo menos cuatro meses para volver a la normalidad.
Según la Cámara de Comercio de Buenaventura, siguen represadas más de 760.000 toneladas con todo tipo de carga, incluidos perecederos, y hay preocupación por los costos de las multas de navieras por tener los contenedores parados.
Con corte al 7 de junio, la Cámara estimaba que la ocupación de los terminales marítimos pasó de estar al 100 por ciento, en las primeras semanas de bloqueos, a 75 por ciento, en la actualidad; es decir, bajó 25 por ciento.
La Sociedad Portuaria de Buenaventura reporta que en materia de exportación han dejado de salir por este terminal más de 32.340 toneladas de café, 39.700 toneladas de azúcar, 2.021 toneladas de granel sólido, 4.749 toneladas de carga general y 135.700 toneladas de carga en contenedores.
También hay 8 motonaves en la bahía a la espera de ingresar al puerto. Estas manejan 35.000 toneladas en promedio, con lo que se estima que hay represadas 280.000 de granel sólido.
Plan de Choque.
Las autoridades siguen trabajando para liberar espacio. Ya hay paso de vehículos y caravanas con acompañamiento de la Fuerza Pública. Y se estima que, desde el 27 de mayo, se han movilizado unos 31.971 vehículos de carga a la ciudad en la modalidad de urbaneo.
Gracias a este plan de choque, según el Ministerio de Transporte, este sábado se movilizaron un total de 3.119 vehículos (2.199 entraron y 1.462 salieron) y 2.218 contenedores. Sin embargo, esto es todavía la mitad de lo que se movería en un día normal.
Javier Díaz, presidente de Analdex, estima que solo hasta octubre se volvería a la normalidad. Además, alerta sobre los altos costos que están pagando empresarios por los contenedores parados.
“El taxímetro de las navieras no para. Entre bodegaje y sanción por no devolver los contenedores, los empresarios tienen que pagar 1 millón de pesos al día. Hemos intentado llevarlos a Cartagena, pero dicen que no les funciona porque los necesitan vacíos en el Pacífico. También se han ido llevando a otros sitios fuera del puerto para generar más espacio”.
Principales Afectados.
El director de Asuntos Económicos de la Cámara de Comercio de Buenaventura, Humberto Andrés Jaramillo, recuerda que los productos que ingresan normalmente por Buenaventura y que son los más afectados son el maíz, el trigo y la soya. Además, también llega tecnología del sudeste asiático, fertilizantes o insumos para la industria química, farmacéutica o la manufactura, entre otros. Por el lado de las exportaciones, destaca el café, el azúcar y, en menor medida, el carbón.
El sector avícola es uno de los más afectados. Según Fenavi, hay represadas más de 400.000 toneladas de insumos que no están llegando a las granjas ni a las plantas de producción. De ellas, 300.000 toneladas están en las terminales marítimas del puerto, y otras 100.000 toneladas, en los buques que están esperando ingresar.
Hasta el momento, esa falta de alimento ya ha provocado la muerte de más de 14 millones de aves y empresas como Huevos Kikes o Santa Anita Nápoles alertaron de los riesgos que corren sus plantas si la situación se agrava.
La imposibilidad de transportar bienes e insumos también ha paralizado al sector automotor. Según Oliverio García, presidente de la Asociación Nacional de Movilidad Sostenible (Andemos), hay unos 1.800 vehículos y cientos de contenedores tanto de piezas de autopartes como de ensamble represados.
“Los carros son un objetivo fácil de siniestrar y las marcas prefieren no moverlos. En los últimos días, se ha movido más; sin embargo, la situación sigue complicada. Además, las navieras no perdonan las multas”, manifestó García.
Al igual, siguen represados productos como tintas, solventes, alcoholes o químicos que se utilizan para producir empaques en diferentes industrias. Según Daniel Mitchell, presidente de Acoplásticos, las caravanas humanitarias han funcionado mejor en las últimas semanas. No obstante, asegura que siguen los casos de vandalismo. “La carga se ha ido moviendo. Las empresas ya tienen algo de material, pero el transporte es muy alto. Los casos de vandalismo incrementan los costos de los fletes terrestres”, explicó.
Golpe a las Exportaciones.
Los caficultores no están pudiendo aprovechar los altos precios del grano en la Bolsa de Nueva York. Debido a la imposibilidad de sacar el café por el puerto de Buenaventura, se generaron retrasos en los envíos internacionales y, según Roberto Vélez, gerente de la Federación Nacional de Cafeteros, hay clientes que ya han anunciado que optarán por otros orígenes en los próximos seis meses.
Solo en mayo se dejó de exportar el equivalente a 1.640 tractomulas o algo más de 800.000 sacos de 60 kg. Lo poco que se consiguió sacar fue por la costa Atlántica puesto que por Buenaventura solo llegó un camión. Esto supuso que los cafeteros dejaron de recibir en un mes unos 210 millones de dólares.
Por ejemplo, Luis Fernando Vélez, gerente general de la compañía de café tostado Amor Perfecto, contó que tuvieron una demora de 10 días en un despacho de un contenedor que debía ir vía marítima hacia Uruguay, lo que les obligó a pagar una multa por el alquiler de cerca de 2.000 dólares. Además, los bloqueos también han sido un golpe para sus ventas.
Una situación similar vive la industria del azúcar. Los ingenieros del Valle tuvieron que parar al inicio de los bloqueos, y con ellos, las empresas que necesitaban de sus insumos. Uno de los casos que más llamó la atención fue el de Aldor, la compañía que produce las míticas Frunas. “En mayo dejamos de producir 2.200 toneladas de confitería de azúcar. El 60 por ciento de la producción de la planta de Yumbo, Valle del Cauca, se exporta. De cara al mercado internacional, la reputación con los clientes se vio afectada”, dijo.
También Guido Vara, gerente de la compañía vallecaucana de pasabocas Productos Calima, cuenta que le tuvo que incumplir a un cliente francés y ahora piensa mandar su carga por Santa Marta. “Implica un sobrecosto, pero prefiero perder dinero a quedarme sin la mercancía. Si normalmente un flete a Buenaventura me cuesta 3 millones de pesos, ahora tendré que pagar unos 17 millones de pesos. Un cliente es una marca en el país de destino. No puede esperar tantas semanas. No va a dejar de vender porque aquí haya bloqueos. Espero que la situación se normalice para no perderlo”, señaló Vara.
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